jueves, 21 de abril de 2011

Y ahora piensas, después de perder. Que no le dirás te quiero otra vez.

- Hola..
+ He venido, como me dijiste.
- Quiero hablar contigo.
+ Empieza.
- ¿Por qué cada vez que me ves con tus amigos agachas la cabeza y me dejas con un saludo en la boca?
+ Me da vergüenza que sepan que estoy contigo.
- ¿Por qué cada vez que te llamo, apagas el móvil?
+ Me aburre hablar contigo.
- ¿Por qué le miras el culo a cada chica que pasa, sin importar que esté yo delante?
+ Porque me gusta mirar todos los culos, de todas las tías buenas.
- ¿Por qué no me haces caso en nada, si sabes que todo lo hago por tu bien?
+ Porque me da la gana, y no le hago caso a nadie, aunque digan que es por mi bien.
- ¿Y por qué cada día que me ves por el pasillo del instituto, o por una calle oscura, me coges de la mano, y me susurras al oído que me quieres?
+ Porque te quiero, y no quiero hacerlo. Porque no soy como tú. Bueno, en verdad nadie es como yo. Porque quiero estar con todas las tías buenas y tocarles el culo y follármelas dos veces al día, pero contigo es distinto. Porque no te hago caso en nada, porque me hago el rebelde, pero en el fondo no puedo evitar tener cuidado en lo que me dices. Y que cada vez que te veo cuando estoy con mis amigos, no quiero que te vean, porque quizás, cuando te miren, se enamoren de ti, y no exista nada en el mundo que pueda hacer que se desenamoren, como me pasó a mí.


No hay comentarios:

Publicar un comentario